Es palabra del Señor
REFLEXION
El texto de Lucas
que hemos escuchado hoy, comienza señalando la verdadera intención de ese
maestro de la ley. Era muy común que intentarán poner en aprietos al abordar a
Jesús. Esperar y ver como era su respuesta, ¿sería un verdadero Rabí? ¿O un
embaucador?
En este caso
podemos apreciar la forma magistral con la que Jesús, responde. El maestro de
la ley le hace la primera pregunta y se queda a la escucha. Jesús va a utilizar
una metodología curiosa, (nuestro refranero también la conoce…) le responde
formulando otra pregunta y se queda esperando y a la escucha de su
interlocutor. Jesús afirma lo correcto de la respuesta y, con una pequeña
frase: “Haz eso y vivirás”, da por concluido el dialogo.
Sin embargo, el
maestro de la ley hace la pregunta, no para entender mejor, sino para ganar
ventaja sobre Jesús y el resultado no pudo ser más desastroso. Jesús le remite
a su propia conciencia y conocimiento de la ley. Es como si le hubiera dicho:
Ahí, encontrara todo. ¿No eres tú el experto?
El maestro, actúa
como un hábil interlocutor que quiere sacar puntos en el debate, de ahí, la 2ª
pregunta formulada: “¿Y quién es mi prójimo? Ante esta pregunta, Jesús
les narra una historia apasionante, quiere mantener la atención de sus oyentes,
que esperen el desenlace final. El maestro de la ley no se imagina cuan lejos
va a llevar Jesús la definición de prójimo.
Hemos escuchado
la parábola, y no desearía que hoy nos distrajera la explicación de todos los
personajes y del porqué actuaron de tal forma en esta historia. A veces podemos
dar por buenas ciertas escusas en el actuar, intentemos no caer en ellas. Hoy,
en mi situación concreta: ¿quién es nuestro prójimo?
En resumen, es
toda persona que necesite nuestra ayuda, comprensión, agradecimiento y
colaboración. Quedémonos con la respuesta correcta a la última pregunta
de Jesús y el envío que Él nos hace: “Vete y haz tu lo mismo”.
Hna. Virgilia León
Garrido O.P.
Congregación Romana de Santo Domingo