El cristianismo en Vietnam llegó a principios del siglo XVI
gracias al padre Alejandro Rhodes, un jesuita francés considerado como el
Apóstol de la joven Iglesia asiática todavía dividida en las tres regiones de
Tonkín, Annam y Cochinchina. Sin embargo, ya en 1645 fue expulsado y desde
entonces y durante los siglos siguientes la situación para los cristianos del
país fue siempre muy difícil debido a la sucesión de olas de persecución que se
alternaban con breves períodos de paz.
ran An Dung nació en Bac Ninh en 1795 en una familia tan
pobre que para asegurar su supervivencia se vieron obligados a confiarlo al
cuidado de un catequista católico. Educado en la fe y bautizado con el nombre
de Andrés, el futuro mártir fue ordenado sacerdote en 1823. Se convirtió en
pastor asistente en Dong-Chuoi, y se destacó por su estilo sencillo y cordial,
por su asistencia activa a los pobres y por su sobriedad en todas las cosas. En
1833, después de haber terminado de celebrar la Eucaristía, los guardias imperiales
lo arrestaron por primera vez. Rescatado con el pago de una fuerte suma de
dinero recolectada de los fieles, decidió cambiar su nombre de Dung a Lac para
ser menos notado y se aventuró en las provincias más peligrosas de Hanoi y
Nam-Dihn para evangelizar a esas poblaciones.
A finales de 1839 Andrés fue arrestado por tercera vez junto
con su hermano Pedro. Entonces empezó a entender que su vocación era el
martirio: el Señor le pedía que ofreciera su vida por la salvación de sus
hermanos y que lo acompañara en el don total y confiado al Padre sobre la Cruz,
como hizo Jesús. Así que pidió a su obispo que no pagara el rescate por su
liberación. Durante su traslado a la prisión de Hanoi, muchos fieles lo
acompañaban llorando pero él los animaba a todos, exhortándoles a que
continuasen viviendo de acuerdo a las enseñanzas del evangelio y de la Iglesia.
En la nueva prisión, se le pidió a los dos sacerdotes que abjuraran y
pisotearan a Jesús en la cruz. En respuesta, se arrodillaron y lo besaron. Para
ellos, por lo tanto, la sentencia sólo podía ser de muerte, que se llevó a cabo
por decapitación el 21 de diciembre, a las afueras de la ciudad, en la puerta
de Cau-Giay.
De 1645 a 1886, se emitieron 53 edictos contra los cristianos
en Vietnam, que llevaron a martirizar hasta 113.000 creyentes. Ante la firmeza
de tantísimos mártires de la fe, la feroz monarquía vietnamita finalmente cedió
a sus crueldades, contentándose con imponer sólo la dispersión y la
confiscación de los bienes del creciente número de convertidos a la fe
cristiana. El primer grupo de 64 mártires fue beatificado por León XIII en
1900. Pío X le siguió, beatificando a otros tres grupos, incluyendo a los
dominicos: dos en 1906 y otro en 1909. Finalmente, Pío XII beatificó a un
quinto grupo en 1951. Finalmente, con un decreto de 1986, la Iglesia unió todos
estos grupos distintos en uno solo compuesto por 117 mártires -incluidos
sacerdotes, religiosos y laicos- que fueron canonizados por Juan Pablo II en
1990. A la cabeza de este numeroso grupo está San Andrés Dung-Lac, que es
probablemente la figura más conocida. De estos 117, 96 son de nacionalidad
vietnamita; entre los demás hay 11 españoles pertenecientes a la Orden de
Predicadores y 10 franceses de la Sociedad de Misiones Extranjeras de París.
FUENTE: VATICAN NEWS