La Conmemoración de Todos los Fieles Difuntos es
un día feriado religioso dentro de algunas Iglesias cristianas, en memoria de
los fallecidos. Se realiza el 2 de noviembre y
su objetivo es orar por aquellos fieles que han acabado su vida terrenal y, en
el caso católico, por quienes se encuentran aún en estado de purificación en
el Purgatorio.
Las principales iglesias, Iglesias
Cristianas Ortodoxas Occidentales, Unión
de Utrecht (Iglesias), Comunión de Porvoo, así
como Comunión anglicana e Iglesia católica,
acordaron tener el mismo calendario y días de celebraciones religiosas y
santoral para facilitar las asistencia a sus feligreses a sus respectivas
celebraciones.
El Día de los
Difuntos [...] el día designado en la Iglesia Católica hispana para la
conmemoración de los difuntos fieles. La celebración se basa en la doctrina de
que las almas de los fieles que al tiempo de morir no han sido limpiadas de
pecados veniales, o que no han hecho expiación por transgresiones del pasado,
no pueden alcanzar la Visión Beatífica, y que se les puede ayudar a alcanzarla
por rezos y por el sacrificio de la misa. [...] Ciertas creencias populares
relacionadas con el Día de los Difuntos son de origen pagano y de antigüedad
inmemorial. Así sucede que los campesinos de muchos países católicos creen que
en la noche de los Difuntos los muertos vuelven a las casas donde antes habían
vivido y participan de la comida de los vivientes
tomo I, pág. 709
En el libro Segundo de los Macabeos está
escrito: «Mandó Juan Macabeo ofrecer sacrificios por los muertos,
para que quedaran libres de sus pecados» (2 Mac. 12, 46). Análogamente, en los
primeros días de la Cristiandad se
escribían los nombres de los hermanos que habían partido en la díptica, que es
un conjunto formado por dos tablas plegables, con forma de libro, en las que la Iglesia primitiva acostumbraba
a anotar en dos listas pareadas los nombres de los vivos y los muertos por
quienes se había de orar.
En el siglo VI los benedictinos tenían
la costumbre de orar por los difuntos al día siguiente de Pentecostés. En el
siglo V, había una celebración parecida el sábado anterior al sexagésimo día
antes del Domingo de Pascua (domingo
segundo de los tres que se contaban antes de la primera de Cuaresma) o antes
de Pentecostés.
En Alemania cerca
del año 980, según el testimonio del cronista medieval Viduquindo de Corvey, hubo una ceremonia
consagrada a la oración de los difuntos el día 1 de noviembre, fecha
aceptada y bendecida por la Iglesia romana. Probablemente a causa de los
movimientos milenaristas, alrededor del año 1000, la conmemoración de los
Fieles Difuntos, el día 2 de noviembre, se
popularizó y extendió por la Cristiandad occidental, hasta ser finalmente
aceptada como fecha en el que la Iglesia celebraría esta fiesta.
Para la Iglesia católica, se
trata de una conmemoración, un recuerdo que la Iglesia hace en favor de todos
los que han muerto en este mundo (fieles difuntos), pero aún no pueden gozar de
la presencia de Dios, porque están purificando, en el purgatorio, los
efectos que ocasionaron sus pecados.
Este día, los creyentes ofrecen sus oraciones (llamadas
sufragios), sacrificios y la misa para que los fieles difuntos de la Iglesia purgante terminen
esta etapa y lleguen a la presencia de Dios. Hay, pues, una gran diferencia en
la fiesta del día primero y el ambiente de oración y sacrificio del día dos.
Aunque la iglesia siempre ha orado por los difuntos, fue a
partir del 2 de noviembre del año 998 cuando se creó un día especial para
ellos. Esto fue instituido por el monje benedictino San Odilón de Francia. Su
idea fue adoptada por Roma en el siglo XVI y de ahí se difundió al mundo
entero.
Fuente : WIKIPEDIA