Es
palabra del Señor
REFLEXION
Estamos al final del ciclo litúrgico. Los
evangelios de estos días nos hablan, con un lenguaje apocalíptico y misterioso,
de lo que sucederá con la destrucción de Jerusalén y también en los
últimos tiempos. Resaltan dos ideas. En primer lugar, nos anuncian tiempos
malos: “serán días de venganza”, “habrá angustia tremenda en esta tierra y un
castigo para este pueblo”, “caerán al filo de la espada, los llevarán cautivos
a todas las naciones”, “los hombres quedarán sin aliento por el miedo y la
ansiedad”.
Pero, ante este panorama profundamente negativo,
hay un canto fuerte a la alegría y a la confianza ante nuestro destino último:
“Entonces verán al Hijo del Hombre venir en una nube, con gran poder y gloria.
Cuando empiece a suceder esto, levantaos, alzad la cabeza, se acerca vuestra
liberación”.
Lo que es cierto, y nos llena de esperanza, es que,
al final de los tiempos, nos espera Jesús para decirnos: “Venid, benditos de mi
Padre, a disfrutar del reino preparado para vosotros desde la creación del
mundo”. Nos espera la felicidad total. Este es nuestro destino último y
definitivo.
Este es el sentido de la historia de la humanidad.
El triunfo de Jesús sobre el mal y la muerte, que nos asegura también nuestra
resurrección a esa vida de total plenitud.
Fray Manuel Santos Sánchez O.P.
Convento de Santo Domingo (Oviedo)