San Ignacio es uno de los mártires de Tonkín, hoy
Vietnam. Nació en el año 1762 en Villafeliche
(Zaragoza), y su muerte fue el 12 de julio de 1838. Fue misionero incansable, que
viajó con veintidós años, teniendo un fino sentido apostólico que le hizo
adaptarse a otra cultura con soltura y facilidad. Entre sus especiales
dedicaciones, estuvo la formación integral de los jóvenes tonkineses en el
seminario. Fue
nombrado obispo, y cuando se incrementó la persecución, fue hecho prisionero.
Murió a los 75 años en prisión.
Ignacio-Clemente
Delgado y Cebrián nació el 22 de noviembre de 1762 en Villafeliche (provincia
de Zaragoza, en España). Fue el segundo hijo de Francisco Delgado y Teresa
Cebrián. Ingresó en el convento de los dominicos de San Pedro Mártir en
Zaragoza, y a los dieciocho años profesó en la Orden de Predicadores. Sus
estudios los tuvo en Orihuela. A los veintidós años, siendo subdiácono,
se inscribió para ser misionero en Oriente.
Esta decisión
de emprender camino significaba mucha valentía, ya que solo el viaje para
llegar a Vietnam suponía en estos tiempos cruzar el Atlántico, atravesar
México, y luego, el océano Pacífico. De este modo, tomaba aproximadamente nueve
meses completar la travesía. Aparte, se sabía de la persecución a la
que estarían expuestos al tomar partido por los más vulnerables.
Por su
trayectoria y desempeño misionero, fue nombrado obispo, resaltando
de su trabajo la fidelidad y constancia, así como la formación del clero y
laicos. Más adelante, con la llegada Minh-Manh al poder, la persecución
cristiana solapada se torna violenta y muchos fueron ultimados. Puesto que los
misioneros quedan reducidos a cinco en un área de cincuenta mil personas, se
movilizan clandestinamente, siendo afectadas las tareas evangelizadoras.
A medida que
se daba la persecución, se mantenía trasladándose con frecuencia para no
levantar sospechas. El 29 de mayo de 1838 fue hecho prisionero. Después de un
largo proceso, fue condenado a ser decapitado. Mientras se daba la confirmación
de la sentencia, y por la falta de alimentos adecuados y medicinas, murió el 12
de julio de 1838 a los 75 años de edad.
Fue beatificado
el 27 de mayo de 1900 por León XIII, junto con un grupo de misioneros dominicos
mártires de Vietnam. El 19 de junio de 1988 fue canonizado
por San Juan Pablo II con un grupo de ciento dieciséis mártires, misioneros
dominicos y vietnamitas de la Familia Dominicana, que murieron entre 1745 y
1862.
San Ignacio-Clemente es un decidido y apasionado misionero.
Apuesta todo desde joven y acompaña a un pueblo con el amor en Cristo. Debemos
resaltar su ser emprendedor, y desprendido, añadiendo el poner al servicio sus
capacidades de enseñanza y manejo de bienes. Del mismo modo, el guiar a una
diócesis donde se persigue a los cristianos por su fe, nos da ejemplo de un radical amor a Dios, y de su entrega sin
límites que evidenció dando su vida por el Evangelio.
FUENTE: DOMINICOS