14/3/22

EVANGELIO MARTES 15-03-2022 SAN MATEO 23, 1-12 II SEMANA DE CUARESMA

 




En aquel tiempo, Jesús habló a la gente y a los discípulos, diciendo:
«En la cátedra de Moisés se han sentado los escribas y los fariseos: haced y cumplid todo lo que os digan; pero no hagáis lo que ellos hacen, porque ellos dicen, pero no hacen.
Lían fardos pesados y se los cargan a la gente en los hombros, pero ellos no están dispuestos a mover un dedo para empujar.
Todo lo que hacen es para que los vea la gente: alargan las filacterias y agrandan las orlas del manto; les gustan los primeros puestos en los banquetes y los asientos de honor en las sinagogas; que les hagan reverencias en las plazas y que la gente los llame “rabbí”.
Vosotros, en cambio, no os dejéis llamar “rabbí”, porque uno solo es vuestro maestro y todos vosotros sois hermanos.
Y no llaméis padre vuestro a nadie en la tierra, porque uno solo es vuestro Padre, el del cielo.
No os dejéis llamar maestros, porque uno solo es vuestro maestro, el Mesías.
El primero entre vosotros será vuestro servidor.
El que se enaltece será humillado, y el que se humilla será enaltecido».

                                  Es palabra del Señor

REFLEXION

En el evangelio de hoy se nos presenta la llegada de Jesús a Jerusalén donde proclama la venida del Reino, pero es re­chazado por los dirigentes religiosos de Israel. El comportamiento en la comunidad también es presentado a la luz y en contraste con el judaísmo del siglo I. Mateo pone en boca de Jesús tres prohibiciones dirigidas a los discípulos de atribuirse títulos honoríficos, académicos y religiosos (rabbí, padre, instructor). Estas prohibiciones “ad intra” de la comunidad, no solo salen al paso de posibles situaciones en el seno de esta, sino que cada una de ellas tienen alto contenido teológico. Las tres oraciones evocan el Shemá Israel (Dt 6,4), y con ellas se hace la profesión en un solo Dios, Padre del cielo y la confesión de un solo Cristo, el Mesías de Israel. La verdadera autoridad en la comunidad está ligada a la autoridad del Padre del cielo y a la de Jesús, único Maestro/Instructor, por tanto, los miembros de la comunidad son entre ellos hermanos y sus relaciones están caracterizadas por la igualdad.

Las tres prohibiciones de atribuirse títulos en la comunidad han de interpretarse a la luz de los versículos finales: “El mayor entre vosotros será vuestro servidor. Pues el que se ensalce, será humillado; y el que se humille, será ensalzado”. Mateo lleva así la idea de igualdad y solidaridad hasta a su máximo exponente. En la comunidad de Jesús no se puede dar un modelo de líder desde claves jerárquicas. La nueva fraternidad implica la renuncia al propio prestigio y una vida en favor de la comunidad a través del servicio cuya medida ha establecido el propio Jesús.

Una vez más la inversión de los valores en las relaciones intra-comunitarias respecto a otras formas de relación conlleva un giro revolucionario, incluso en el estilo de la autoridad.  Leyendo este evangelio no podemos olvidar que estamos en un proceso de sinodalidad, un sínodo que nos invita a interrogarnos qué tipo de liderazgo se da en nuestras comunidades y diócesis y a participar corresponsablemente en ellas desde la vocación a la que hemos sido llamados por el Bautismo, porque esto es lo que el Espíritu ha puesto en marcha. ¿Estamos siendo partícipes de este proceso sinodal con verdad y valentía desde lo que el Espíritu nos suscita?

Hna. Mariela Martínez Higueras O.P.
Congregación de Santo Domingo