En aquel tiempo, la gente se apiñaba alrededor de
Jesús,
y él se puso a decirles:
«Esta generación es una generación perversa. Pide un signo, pero no se le dará
más signo que el signo de Jonás. Pues como Jonás fue un signo para los
habitantes de Nínive, lo mismo será el Hijo del hombre para esta generación.
La reina del Sur se levantará en el juicio contra los hombres de esta
generación y hará que los condenen, porque ella vino desde los confines de la
tierra para escuchar la sabiduría de Salomón, y aquí hay uno que es más que
Salomón.
Los hombres de Nínive se alzarán en el juicio contra esta generación y harán
que la condenen; porque ellos se convirtieron con la proclamación de Jonás, y
aquí hay uno que es más que Jonás».
Es palabra del Señor
REFLEXION
Jesús habla de su generación perversa que pide un signo
especial para creer en él. Jesús le responde que se le dará el mismo signo que
a Nínive. Allí fue Jonás, ahora es el mismo Jesús el que ofrece su perdón si
reconoce y se arrepiente de su pecado. Pero, siguiendo más adelante, y casi sin
querer preguntarnos ¿cuál es la postura de Jesús, el Hijo de Dios, ante los que
no se arrepienten de sus pecados, ante los que rechazan a Dios y a los
hermanos? Dejando siempre la última decisión a Dios, Jesús, en el evangelio de
hoy, tiene estas palabras: “Cuando sea juzgada esa generación, los hombres de
Nínive se alzarán y harán que los condenen; porque ellos se convirtieron con la
predicación de Jonás, y aquí hay uno que es más que Jonás”.
Fray Manuel Santos Sánchez O.P.
Convento de Santo Domingo (Oviedo)