Es palabra del Señor
REFLEXION
Jesús envía
a sus apóstoles a predicar el Reino de los cielos, el Reino de Dios, lo mismo
que él predicaba. Para reforzar su predicación les da poder de hacer milagros.
Es sublime la noticia que nos ha traído Jesús. Nos asegura que Dios no se
conforma con habernos creado y regalarnos la vida humana. Quiere mantener unas
relaciones muy estrechas con nosotros. Está dispuesto a ser nuestro Rey y
Señor. Nos pide que aceptemos con gusto su estupenda propuesta y le nombremos
el Rey y Señor de nuestra vida. Que le dejemos que guíe nuestros pasos, nuestra
vida entera. Que no caigamos en la torpeza de nombrar a alguien o a algo de lo
creado como nuestro Dios y Rey. Jamás nos darán lo que el Señor nos puede dar.
Nuestro Dios nos hará el regalo de su amor, de su luz, de su propio Hijo… Si le
dejamos que reine y dirija nuestra vida nos llevará por buenos caminos, nos
guiará siempre por las sendas que nos conducen a la alegría de vivir ya en
nuestra estancia terrena, antes de regalarnos para siempre la vida de total
felicidad después de nuestra resurrección.
Al que
escuche la predicación de los apóstoles y acepte el reinado de Dios en su vida,
la paz invadirá su corazón. La relación con Dios, con todo lo que lleva
consigo, será capaz de sosegar nuestro corazón, de disipar nuestras dudas y
miedos, de… regalarnos su paz.
Las últimas
palabras que pronuncia Jesús en el evangelio de hoy, nos parecen duras. Pero, a
poco que reflexionemos, no son más que las consecuencias que sufrirán los que
libremente rechacen a Dios y a todo lo que él nos ofrece.
Fray Manuel Santos Sánchez O.P.
Convento de Santo Domingo (Oviedo)