15/7/21

VIRGEN DEL CARMEN MADRE, REINA Y PATRONA DE CHILE



La devoción de la Virgen del Carmen es originaria del Monte Carmelo, en la ciudad de Haifa (Palestina histórica). Debido a la presencia del mar Mediterráneo y las relaciones interculturales entre Europa y la región Palestina, la devoción se extendió por Europa gracias a la Orden de las Carmelitas.

Existen algunas controversias acerca del año en que llegó la Virgen del Carmen a Chile debido a la inexactitud, la extensión territorial y las diversas metodologías de evangelización que se desarrollaron durante el período de la conquista en el país. Algunas fuentes indican que los misioneros agustinos la introdujeron en 1595, mientras que otras fuentes sitúan el hecho casi cien años más tarde, en 1680,​ pero a pesar de esta contradicción, no hay duda de que se introdujo la devoción gracias a los agustinos.

Las inexactitudes en la fecha se deben a que en el norte de Chile se comenzaban a manifestar las primeras festividades paganas con orígenes cristianos, al celebrarse las Fiestas de La Tirana en honor a la Virgen del Carmen a inicios del siglo XVI. Mientras que hacia 1640 se fundó en Concepción, al sur de Chile, la Cofradía de la Virgen del Carmen, por lo cual esta divergencia histórica hace difícil situar el origen de la advocación.​

La expansión de la creencia se dio gracias a que se asoció fuertemente a los militares. Este rol se notó mayormente en la zona de Concepción, que era considerada como la frontera del dominio español y se vivían constantes batallas con los mapuches, por lo que los militares se encomendaban especialmente a la Virgen del Carmen. Sin embargo, esta no fue la principal advocación del Chile colonial, sino la Virgen de la Merced.

En el proceso revolucionario, el Ejército de los Andes, conducido por José de San Martín, escogió como protectora y patrona de la liberación de América a la Virgen del Carmen y le juró fidelidad. El 5 de enero de 1817, San Martín le entregó su bastón de mando como ofrenda para alcanzar la victoria libertadora en el subcontinente.​ Por su parte, el 11 de febrero, Bernardo O'Higgins, entonces general del ejército chileno, proclamó a la Virgen del Carmen como «Patrona Generalísima de las Armas de Chile». Este último suceso es parte de la tradición católica sin que se pudiese comprobar la veracidad de la versión histórica.

A pesar de la victoria en la batalla de Chacabuco, el ejército realista se encontraba muy próximo a la ciudad de Santiago, por lo cual O'Higgins decidió reunirse en la catedral e implorar la protección de la Virgen del Carmen para obtener la victoria definitiva sobre las fuerzas de la corona española. Por ello, el 14 de marzo de 1818, junto a las autoridades religiosas realizaron un acto de plegaria donde imploraron la protección del cielo. Además, formularon en el mismo acto el voto de erigir un templo a la Virgen del Carmen en el lugar en que se decidiese la batalla favorable a la independencia de Chile.​ La victoria definitiva ocurrió el 5 de abril en los llanos de Maipú, donde el Ejército Libertador y las fuerzas chilenas lograron derrotar al ejército realista para proclamar la independencia del país.

Debido a su promesa, Bernardo O'Higgins redactó un decreto supremo el 7 de mayo que encargaba la construcción de un templo en honor a la Virgen del Carmen cuya primera piedra fue puesta el 7 de octubre de 1818. De acuerdo a una recopilación histórica realizada por el suplemento del periódico de Maipú del 5 de abril de 1979, el decreto supremo contenía el siguiente texto:​

La Inmaculada Reina de los ángeles, en su advocación de Nuestra Señora del Carmen, fue jurada patrona de las armas de Chile, primero por el voto general del pueblo, por haber experimentado su protección en el restablecimiento del estado que yacía bajo la opresión de los tiranos, mediante el esfuerzo del Ejercito Restaurador de Los Andes y después del 14 de marzo último por el acto solemne en que concurrieron las corporaciones, y un inmenso pueblo en la Santa Iglesia Catedral, al objeto de ratificar, como ratificaron expresamente en aquel juramento, ofreciendo erigirle un templo en el lugar donde se diese la batalla, a que nos provoco el General enemigo Osorio: no debe tardarse un momento el cumplimiento de esta sagrada promesa.

O'Higgins - Irisarri

Dentro de la historia chilena se duda de este último suceso debido a que se presume que el documento no existe. Sin embargo, dentro de las primeras discusiones del Congreso Nacional, consta la existencia de cartas entre el Senado de la época y el director supremo, O'Higgins.

A pesar de que se denominó históricamente a la Virgen del Carmen como patrona o generala de los ejércitos de Chile, este título no fue otorgado canónicamente por la Santa Sede, por lo que quedó relegada a protectora de los ejércitos de Chile y Argentina. Sin embargo, en el Congreso mariano de 1918 se determinó que el objetivo era declarar a la virgen como «Patrona de Chile» por el vínculo histórico que posee el país con esta advocación mariana. De este modo, el 24 de octubre de 1923, mediante un decreto vaticano emitido por el papa Pío XI, se autorizó a los chilenos a denominar a esta advocación como «Patrona de Chile». En el texto se declaró: «a la Bienaventurada Virgen del Monte Carmelo, Patrona Principal de toda la República Chilena, concediéndole todos los privilegios y honores que a los principales patronos de los lugares por derecho competen».​

El juramento de patronato canónico se realizó el 8 de diciembre de 1923 en la plaza de Armas de Santiago y fue presidido por monseñor Rafael Edwards. Esta fecha concuerda con el día de la Inmaculada Concepción de la Virgen, que es otra fiesta mariana importante de la religiosidad en Chile.​

La coronación de la Virgen del Carmen se llevó a cabo el 19 de diciembre de 1926 y se coronó a la imagen que se veneraba en la Basílica del Salvador. Este acto fue presidido por monseñor Benedetto Aloisi Masella, especialmente enviado por el papa para la ocasión. De acuerdo a relatos presenciales, se estimó que la concurrencia fue de cerca de medio millón de personas en el parque Cousiño. Según las crónicas históricas, el parque se llenó de colores, flores y las multitudes se centraban en la imagen.​

El 3 de abril de 1987, durante la visita de Juan Pablo II a Chile, se realizó la coronación de la imagen de la Virgen del Carmen que se encuentra en el Templo Votivo de Maipú. El evento tuvo lugar en la misma explanada. En la homilía de consagración, Juan Pablo II destacó lo siguiente a la multitud:

Mira con bondad a tu pueblo, Señor, que al poner una corona real sobre esta imagen de la Virgen María y de su Hijo, reconoce al Señor Jesús como Rey del Universo y aclama a la Virgen Madre como su Reina.

Juan Pablo II.