Al oír esto, el joven se fue triste, porque era muy
rico.
Es palabra de Dios
REFLEXION
El Evangelio de Mateo nos presenta a “alguien” que
se acerca a Jesús con una inquietud: “conseguir la vida eterna”. Inquietud
buena, que expresa el deseo de vivir según el proyecto de Dios, de vivir el
bien para sí y para las personas con las que se encuentre a lo largo de la
vida… esta persona acude a Jesús porque considera que Él le puede ayudar en el
objetivo que ha trazado para su vida, objetivo que ya busca e intenta vivir,
por eso la respuesta que Jesús le ofrece le queda “pequeña”: “todo eso lo he
guardado, ¿qué más me falta?”.
Percibir que ya se encuentra en el camino, que
Jesús no le presenta ninguna novedad y comprobar que en su corazón existe una
inquietud mayor, probablemente le lanza a buscar qué más le falta. Y aquí,
Jesús no se queda corto: le desafía a lo más radical, a renunciar a lo que
tiene, a dárselo a los más necesitados y a seguirle.
Hay muchas maneras de vivir la fe y de seguir a
Jesús. Todas ellas válidas e igual de importantes. El texto del Evangelio nos
presenta hoy una inquietud, una llamada y una respuesta. ¿Sientes en tu
interior que ya vives la propuesta evangélica y que en tu interior te continúas
sintiendo desafiado, desafiada a “algo más”? Probablemente, a través de esa
inquietud el Señor te está proponiendo un salto de esos que llaman en el circo
de salto mortal, pero en el que nadie se muere gracias a la entrega y
dedicación del trapecista, gracias a la colaboración de todas las personas que
están con el trapecista y le ayudan a que sea realidad el “salto mortal”,
gracias a la comunidad del circo que arropa y protege, pero que también lanza a
proezas no pensadas.
El texto del Evangelio nos presenta una inquietud,
una propuesta y una respuesta. Parece que nuestro corazón espera otro final,
que ante la experiencia de lo que queda pequeño y la búsqueda de algo más, la
respuesta debía ser un sí, un lanzarse a lo nuevo, al “salto mortal”, a dejar
todo y darlo a quien necesita y a seguir al Señor con radicalidad… Pero a veces
el miedo o la necesidad de seguridades o… nuestra propia fragilidad como
personas humanas nos echan atrás… El Evangelio nos dice que “al oír estas
palabras, el joven se marchó entristecido porque tenía muchos bienes”. Los
bienes pueden ser materiales, pero también a muchos otros niveles.
Este texto, llamado comúnmente como “el joven rico”
es uno de los textos bíblicos que desafía a buscar “algo más” a muchas
personas, aunque su historia no acabe con “el final feliz” que nos gustaría. En
realidad, es una provocación para no quedarnos en lo que ya hacemos y está
bien, sino a responder a la inquietud que nos habita, a lanzarnos al “salto
mortal” sea cual sea la propia vocación.
Y si tú, que estás leyendo esta reflexión, eres joven
y sientes que quieres “algo más”, te animo a que busques y experimentes…si no
lo experimentas, probablemente no sabrás si es o no la respuesta a tu
inquietud. Y sea cual sea tu inquietud, decirte que Él siempre es fiel y
camina con nosotros, nunca nos deja solos y mucho menos si nos disponemos a que
el “salto mortal” configure nuestras vidas.
Hna. Ana Belén Verísimo García OP
Dominica de la Anunciata