La liturgia del Tercer Domingo de Adviento está
sembrada de llamadas a la alegría. Por eso, en la tradición litúrgica de la
Iglesia se ha conocido éste como el Domingo de "Gaudete!", según el
mensaje de la carta a los Filipenses (4,4-5) que introduce la celebración y,
asimismo, es el texto de la segunda lectura del día, diciéndonos que el Señor
esta cerca. Ya no solamente se nos invita a prepararnos a la Navidad mediante
un cambio de vida y de mentalidad; sino que se nos invita a prepararnos con
“alegría” porque el Salvador está cerca. La liturgia es expresiva.
Este domingo Tercero de Adviento nos envuelve en el proceso de las condiciones
de la verdadera alegría. El Adviento tiene mucha razón al proclamar este
mensaje que es más necesario que nunca. Bajemos de todos los pedestales y de
todas las petulancias para reconocer el valor de nuestros límites. En el fondo,
es una cosa bien concreta: dejemos de vivir por encima de nuestras
posibilidades, porque así no es posible la verdadera alegría.
FUENTE : PREDICACION
DOMINICOS