Es
palabra del Señor
REFLEXION
Dar la vista a los ciegos es una de las obras que
realizará el Mesias, como signo de la salvación definitiva, anunciada por los
profetas (Is 29, 18ss).
Al paso de Jesús dos ciegos reaccionan, le siguen,
dan gritos pidiendo misericordia. Hay que moverse para seguir a Jesús y
encontrar salvación en él. Los ciegos buscan la curación que viene de Jesús,
tienen fe, y por eso lo siguen, insistiendo en una súplica confiada. Los dos ciegos
entran en la casa tras Jesús y se acercan a él. Jesús les pregunta sobre su fe
que es confianza en el poder salvador de Jesús. Hay un diálogo que posibilita
el encuentro interpersonal con Cristo: con llamada a la fe y respuesta de fe:
“que os suceda conforme a vuestra fe”. Jesús pregunta: ¿Creéis que puedo
hacerlo? Ellos contestaron firmemente: “Sí, Señor” y Jesús tocó sus ojos y
quedaron sanos. Todo sucedió conforme a su fe.
Jesús no puede negarse cuando alguien apela a su
misericordia, pero siempre exige como condición la fe. Todo milagro en la vida
de Jesús es milagro de fe. Ante la creencia sincera de la persona, Jesús obra
el milagro.
Los ciegos que buscan a Jesús reciben su curación
porque le piden que tenga compasión de ellos. También nosotros tenemos
necesidad de que Jesús cure nuestras cegueras, nuestras oscuridades, nos dé una
nueva forma de mirar, e ilumine nuestra vida. Cada Adviento es un momento para
buscar la luz de Dios, la luz de Jesús que ilumine las sombras y confusiones
que nos surgen en la vida. Cada Adviento es tiempo para buscar a Jesús, dejarse
tocar por él, pedirle que ilumine nuestras oscuridades, y su nueva luz brille
en nosotros.
Sor Cristina Tobaruela O. P.
Monasterio de las Dueñas (Salamanca)