REFLEXION
San Mateo nos cuenta en este pasaje la Anunciación
a José. Su evangelio, está dirigido a comunidades de origen judío, en las que
el padre tiene un papel primordial en la aceptación social del hijo. En esta
Anunciación se afirma también el origen divino de su hijo: la criatura viene
del Espíritu Santo, y su misión única entre todas, que proclama ya su mismo
nombre: Jesús significa Dios salva. Y José, recibe el encargo de ponerle este
nombre al Niño. Era este el derecho de todo padre, que significaba que lo
recibía en su familia y lo reconocía como hijo suyo.
José tuvo que pasar una dura prueba. Lo que le hizo
pensar en abandonarla en secreto. Porque la madre de Jesús estaba desposada con
José. Pero el ángel le dijo: no tengas reparo. La relación que existía entre
María y José implicaba un compromiso matrimonial estable, Y la ley de Moisés
consideraba la infidelidad de la prometida una ofensa semejante a la
infidelidad de una esposa.
Pero José era un hombre Justo, es decir, deseoso de
conocer y cumplir la voluntad de Dios. El ángel se la reveló. Y su obediencia
es presentada aquí como modelo de justicia para todo cristiano.