Recordamos este domingo a la Sagrada Familia, la familia de
Jesús. Es una buena ocasión para reflexionar sobre nuestras propias familias.
Es mucha la problemática que envuelve hoy este tema. Por eso, no es buena la
lamentación que nos empuja a destacar aspectos negativos de lo que nos
rodea y sí centrarnos en una serie de puntos que nos ayuden a animar a vivir
desde lo que nos trasmite la familia de Jesús. La pregunta que surge
espontáneamente, cuando miramos a la de Nazaret, es: cómo ser hoy una familia cristiana.
Parece que no es fácil vivir la realidad familiar en las actuales
circunstancias. Tal vez nunca lo fue, pero, pese a eso, y ante la diversidad
tan amplia de entender su realidad, es bueno afirmar que uno de los mejores
testimonios que los cristianos podemos ofrecer en estos momentos de
incertidumbre, es una vida familiar ‘sana’ garantizadora de la estabilidad y la
fortaleza de sus miembros. No importa que determinadas corrientes e ideologías
soslayen o hagan de menos el modo como los cristianos entendemos la vida en
familia. Sí es claro que la familia, construida desde los valores que se hacen
presentes en la familia de Nazaret, sigue siendo ese centro que puede
garantizar crecimiento en “sabiduría, estatura y en gracia” a todos sus
miembros.
Fray Salustiano Mateos Gómara O.P.
Convento de San Pablo y San Gregorio (Valladolid)