Es palabra
del Señor
REFLEXION
Seguimos preparando la celebración de la Encarnación, la
venida del Dios hecho hombre a nuestro mundo. La liturgia, hoy, llama nuestra
atención con un mensaje que nos interpela ¿Sabemos reconocer al Enviado
de Dios en nuestra vida? ¿Creemos de verdad en las consecuencias que tiene para
nosotros como creyentes la Encarnación? Ya San Juan nos recuerda que
vino a los suyos y los suyos no le reconocieron. Quizá nosotros no deberíamos
estar tan seguros que no nos ocurra lo mismo. Igual nos contentamos sólo con
afirmarlo, sin que tenga ninguna repercusión en nuestra vida. Con facilidad
caemos en la indiferencia.
Celebrar la Encarnación es afirmar que Dios no se
olvida de su pueblo. Que Dios sigue siendo el Padre Bueno que nos quiere y
quiere nuestro bien. Así no sólo se convierte en un recuerdo pasado, sino en
una exigencia de vivir nuestra existencia desde ese amor misericordioso y desde
las exigencias de esa presencia.
Ven, Señor y restaura nuestra vida de confianza en
Ti. Ven y fortalece nuestra esperanza. Ven e impulsa nuestro deseo de crear la
fraternidad que tú deseas entre toda la humanidad.Ven y llénanos de ilusión por
hacer realidad los valores de tu Reino. Ven y con la fuerza de tu Espíritu
ayúdanos a realizar el proceso sinodal de "caminar juntos para lograr la
comunión, la participación y la misión”.
Fr. Mitxel Gutiérrez Sánchez O.P.
Casa Ntra.Sra. de los Ángeles (Vitoria)