11/1/22

EVANGELIO MIERCOLES 12-01-2022 SAN MARCOS 1, 29-31 PRIMERA SEMANA TIEMPO ORDINARIO

 




                                                  

       En aquel tiempo, al salir Jesús de la sinagoga, fue con Santiago y Juan a casa de Simón y Andrés.
      La suegra de Simón estaba en cama con fiebre, e inmediatamente le hablaron de ella. Él se acercó, la cogió de la mano y la levantó. Se le pasó la fiebre y se puso a servirles.
   Al anochecer, cuando se puso el sol, le llevaron todos los enfermos y endemoniados. La población entera se agolpaba a la puerta. Curó a muchos enfermos de diversos males y expulsó muchos demonios; y como los demonios lo conocían, no les permitía hablar.
    Se levantó de madrugada, cuando todavía era muy oscuro, se marchó a un lugar solitario y allí se puso a orar. Simón y sus compañeros fueron en su busca y, al encontrarlo, le dijeron:
      «Todo el mundo te busca».
Él les responde:
     «Vámonos a otra parte, a las aldeas cercanas, para predicar también allí; que para eso he salido».
    Así recorrió toda Galilea, predicando en sus sinagogas y expulsando los demonios.

                                       Es palabra de Dios

REFLEXION

En Jesús su amor y su bondad van a la par. Su amor le lleva siempre a ser bondadoso y no en abstracto, sino con todos nosotros. Siempre busca nuestro bien. Lo vemos en el evangelio de hoy. Cura a todos los enfermos que acuden a él de todas sus dolencias. El texto hace hincapié en que expulsaba los demonios de aquellos que sufrían su posesión. El demonio es el símbolo del mal, el que lleva y anima a hacer el mal. Es decir, lo más contrario a Jesús.

Como dato sobresaliente, vemos cómo Jesús en medio de su actividad sabe reservar un tiempo para orar, para dirigirse a su Padre Dios. Los seguidores de Jesús debemos imitarle en los tres puntos que nos indica este pasaje evangélico. Debemos hacer el bien a todas las personas con las que nos encontremos y no solo a los enfermos. Debemos encontrar tiempo para relacionarnos y hablar con nuestro Dios. Debemos predicar con nuestra vida y si podemos con nuestra palabra la buena noticia que nos ha traído, la que es capaz de alegrar y dar sentido a nuestra vida.

Fray Manuel Santos Sánchez O.P.
Convento de Santo Domingo (Oviedo)