Es palabra de
Dios
REFLEXION
El poder de Jesús no tiene límites: domina las
fuerzas de la naturaleza, el cuerpo y alma de los hombres. En medio de la
tempestad, Jesús estaba dormido en la popa sobre un almohadón, mientras los
discípulos remaban desesperadamente. Imagen ésta que refleja bien cómo nuestra
situación en ciertos momentos de la vida: mientras nosotros hacemos esfuerzos
desesperados por salir de un peligro y sabemos que el Señor está a nuestro
lado, nos resulta difícil rechazar el pensamiento o la tentación de imaginar
que a Jesús no le importa que nos hundamos.
Pero sí le importa. La prueba de que le importa es
que está embarcado en la misma barca que nosotros y sacudido y sacudido por la
misma tempestad. El Hijo de Dios se metió en nuestro mundo de alegrías y
también de sufrimientos e injusticias. Y fue zarandeado como pocas personas lo
han sido. Si se ha embarcado con nosotros, es precisamente para que no
nos hundamos. Pero no nos dice hasta cuándo durará la tempestad ni cuándo
llegará la calma.
Mientras tanto nos dirige la misma pregunta que
aquél día: ¿Por qué sois tan cobardes? Aún no tenéis fe?
Fr. Carlos Oloriz Larragueta O.P.
Casa Ntra.Sra. de los Ángeles (Vitoria)